Ácidos Grasos Omega: Belleza y Bienestar.
Los ácidos grasos omega 3 son ácidos grasos esenciales (el organismo humano no los puede fabricar a partir de otras sustancias) poliinsaturados, que se encuentran en alta proporción en los tejidos de ciertos pescados (por regla general pescado azul), y en algunas fuentes vegetales como las semillas de lino, la semilla de chía, el sacha inchi (48% de omega 3), los cañamones y las nueces. Inicialmente se les denominó vitamina F hasta que determinaciones analíticas más precisas hicieron ver que realmente formaban parte de los ácidos grasos. Algunas fuentes de omega 3 pueden contener otros ácidos grasos como los omega 6.
CARACTERÍSTICAS DIETÉTICAS.
Se ha demostrado experimentalmente que el consumo de grandes cantidades de omega-3 aumenta considerablemente el tiempo de coagulación de la sangre, lo cual explica por qué en comunidades que consumen muchos alimentos con omega-3 (Inuit, japoneses, etc.) la incidencia de enfermedades cardiovasculares es sumamente baja.
Algunas experiencias sugieren que el consumo de omega-3 tiene efectos benéficos sobre el cerebro. También hay estudios que sugieren que el consumo de omega 3 durante del embarazo puede tener una buena influencia en el bebé. Altas cantidades podrían disminuir los efectos de la depresión, e incluso grupos de niños en edad escolar aumentaron notablemente su rendimiento después de ingerir pastillas con aceite de pescado rico en omega 3. Sin embargo se debe tener cuidado al ingerir aceites de pescado como suplemento alimenticio, por el riesgo de consumir cantidades peligrosas de dioxinas, mercurio y otros metales pesados presentes en muchos pescados.
El omega-3 es un aditivo añadido a ciertos alimentos funcionales que son enriquecidos artificialmente con omega-3 como puede ser la leche, la leche de soja, los huevos, etc.
TIPOS.
Existen 6 tipos de ácidos grasos omega-3, siendo la base de todos ellos el ácido linolénico (LNA). Los dos primeros tipos son de cadena corta y el resto de cadena larga.
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Ácido alfa-linolénico (ALA).
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Ácido docosahexaenoico (DHA).
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Ácido eicosatetraenoico (ETA).
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Ácido estearidónico (SDA).
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Ácido eicosapentaenoico (EPA).
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Ácido docosapentaenoico (DPA).
OMEGA-6 COMPITE CON OMEGA-3 EN EL ORGANISMO HUMANO.
Los ácidos grasos omega-6 también son esenciales, pero tienden a consumirse en exceso en las dietas modernas, sobre todo por su inclusión en productos de comida elaborada. Los estudios han demostrado que ambos ácidos grasos no sólo hay que tomarlos en cantidades suficientes, además hay que guardar una cierta proporción entre ambos tipos. Se encontró que los humanos evolucionaron consumiéndolos en una proporción de uno a uno, por lo que ésta sería la proporción óptima que brinda numerosos beneficios para la salud.
Sin embargo algunos estudios de nutrición demuestran que las dietas occidentales, más aún la típica estadounidense, pueden tener proporciones de 10:1 (lo cual tiene consecuencias negativas para la salud) e incluso hasta de 30:1. Disminuyendo esta razón al menos a 5:1 entre omega-6 y omega-3 beneficia a los asmáticos, de 4:1 ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares hasta en un 70%, 2-3/1 artritis reumatoide y cáncer colorectal. Recientes estudios publicados en Psychosomatic Medicine (equipo dirigido por la Dra. Janice K. Kiecolt-Glaser, de la Ohio State University), hallaron que cuanto más alto era el nivel de ácidos grasos omega 6 en la sangre de los participantes en el estudio, más probabilidades tenían de sufrir síntomas de depresión y tener altos niveles de sustancias sanguíneas inflamatorias (sustancias que incluyen el factor alfa de necrosis tumoral y la interleukina 6).
Es un miembro del grupo de los ácidos grasos esenciales omega-3. En varios estudios, el Ácido alfaLinolénico (ALA) ha demostrado reducir la inflamación y promover la piel sana, la salud del corazón y la integridad celular. La Organización Mundial de la Salud recomienda una ingesta diaria de 0.8 a 1.1 gramos de ALA.
Su deficiencia provoca alteraciones neurológicas graves así como alteraciones en la estructura y la función de la piel.
Es el ácido graso poliinsaturado más abundante de la piel. Su déficit hace que la piel sufra pérdida excesiva de agua y se vuelva escamosa.
Este ácido tiene como misión fundamental el mantenimiento de la barrera epidérmica al agua.
Se produce un aumento de la proliferación de las células en la piel, con pérdida de agua, un aumento de su actividad metabólica y formación de queratinocitos anormales.
Varios estudios han demostrado que el ALA está asociado a un riesgo menor de enfermedad cardiovascular, por un mecanismo aún no entendido. El cuerpo convierte el ALA en ácidos grasos de cadena más larga, el ácido eicosapentaenóico (EPA) y el ácido docosahexaenóico (DHA). No se sabe si el efecto protector en contra de arritmias cardíacas es ejercido por el ALA mismo o por los productos metabólicos eicosanoideos.
También se ha sugerido en algunas investigaciones que existe un mayor efecto neuroprotector en modelos vivos para la isquemia y ciertos tipos de epilepsias. Algunos estudios han relacionado al ALA con la prevención del cáncer de próstata de progresión rápida y la degeneración macular. Disminuyendo el riesgo un 70% por encima de los sujetos que no recibieron el ALA.
ÁCIDO GAMMA LINOLÉNICO (GLA).
GLA es uno de los dos tipos principales de los ácidos grasos esenciales, tan necesarios para tu salud. Específicamente, el GLA es un ácido graso omega-6.
El cuerpo usa los ácidos grasos para producir prostaglandinas y leucotrienos. Estas sustancias influyen en la inflamación y el dolor; algunos de estos incrementan los síntomas, mientras otros los disminuyen. El tomar GLA podría cambiar el equilibrio más favorable hacia las prostaglandinas y leucotrienos, haciéndolo más útil para las enfermedades que implican inflamación.
Nutre la piel intensamente y la regenera desde el interior, y se vuelve más rápidamente sedosa y elástica. A su vez la desinflama luchando contra las dermatitis que tanto afean el rostro y hacen que aparezcan bolsas y edemas.
ÁCIDO LINOLEICO CONJUGADO (CLA).
Es un ácido graso no esencial que lo produce la flora intestinal de los animales rumiantes, siempre a partir del ácido linoleico. Esa producción se ve aumentada cuando el animal es alimentado mediante el pastoreo y no cuando ingiere cereales. Se ve también en aceites vegetales (de maíz, girasol, soja, etc.) aunque en una proporción menor.
Por lo tanto al ser producido por los rumiantes, la mejor fuente de C.L.A, son las carnes y los lácteos.
Que sea un ácido conjugado, significa que ha sufrido algún cambio en su estructura molecular, resultando ser único y beneficioso para la salud y el bienestar general.
Los seres humanos también producimos una pequeña cantidad en el hígado, pero siempre a partir del ácido linoleico.
Ayuda a comer menos, a gestionar mejor la dieta y no interfieren en la absorción de otras sustancias.
Rememorando:
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Reduce el apetito, con lo que facilita la pérdida de peso.
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Tiene una importante acción antioxidante.
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Reduce la grasa corporal.
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Remodela la figura.
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Aumento de la masa muscular, tan importante para evitar la caída de la piel.
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Neutraliza los radicales libres.
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Mejora el sistema inmune.
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Reduce el desarrollo de la arteriosclerosis.
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Reduce los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre.
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También se ha comprobado, que en ratones, el CLA ayuda a prevenir el cáncer de mama.